Durante estas cuatro semanas hemos realizado un viaje muy especial en nuestro particular tren. Hemos parado en la estación del CORAJE, en la de la AYUDA, en la de la FE y en la estación del AMOR. En este viaje no hemos estado solos, sabemos que Dios es quien nos ha acompañado y nos ha animado a seguir. Nos ha guiado y nos ha dado la fuerza necesaria.
Ya queda menos para llegar a nuestro destino final, la fecha más importante de la Semana Santa: la Pascua de Resurrección.
En el Evangelio de ayer domingo Jesús resucita a Lázaro y le dice a su hermana Marta: “Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá, y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre”. Y ella respondió: “creo, Señor”.
Si nosotros le decimos “Sí, creo”, él nos dará la fe, la vida interior, la vida divina, la gracia. Jesús nos quiere resucitar también a nosotros a una vida nueva llena de alegría, de paz, de felicidad, junto a Dios Padre para siempre.
Y para que Jesús nos resucite, nos de esa vida nueva, es imprescindible ser amigos de Jesús, seguirlo y quererlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario