viernes, 8 de enero de 2016

Evangelio Domingo 10 de Enero de 2016- Para profundizar

El Bautismo del Señor – Ciclo C


¿IMPOSIBLE? PUES ES VERDAD

 Nos resulta inconcebible que, el rey de una nación o un presidente, tengan que aguardar su turno a la hora de ser atendidos en un hospital o en la ventanilla de cualquier servicio social.
Nos resulta impensable que, un embajador acreditado ante un país, tuviera que esperar para ser recibido por una autoridad de rango inferior.

 1.- El Bautismo de Jesús, fue así: hizo cola. Se puso en
aquella cadena humana que se dirigía hacia las manos de Juan Bautista, pera recibir el Bautismo.
 ¿Nos resulta también inimaginable esto? Posiblemente, aunque digamos que no, en el fondo….nos cuesta creerlo. ¿El Dios verdadero y Encarnado haciendo turno sin que nadie le ceda paso? Así comienza la vida pública de Jesús.

 Es un Dios que sorprendió en Belén y que, en su Bautismo, nos desconcierta: ¡cómo Tú siendo Señor, no te haces de valer! ¡Cómo, siendo Tú la plenitud de la Ley, no te impones sobre Juan!

 Pero, el Señor, una vez más baja al llano. Hasta el mismo Juan se resiste: ¿Yo bautizar a Aquel que es más que yo? ¿Limpiar a Aquel que es la limpieza absoluta? ¿Convertir a Aquel que es la conversión en sí misma? Humildemente vino Jesús en Belén, y con la cabeza inclinada en el Jordán y rociada por el Bautista, comienza su misión. 

2.- Pobremente, por la puerta pequeña, entró en el mundo. Y sin grandes medios, aspavientos o pretensiones comienza su misión. Qué distinto el inicio de muchos políticos, sacerdotes, economistas, gobiernos o empresarios. Creen que, en el poder o en los medios, está el éxito. ¿Y luego? Pasa lo que pasa: los resultados no son los deseados. 

Jesús sabe que, su trayectoria, va a estar marcada por la incomprensión y el rechazo. Y, precisamente por eso mismo, no quiere levantar demasiadas expectativas. Desciende al Jordán humildemente pero, más tarde, valientemente irá proponiendo la razón de su llegada a este mundo. 

3. Poco se nos narra de los momentos previos al Bautismo del Señor. Pero lo cierto es que, el Bautismo de Jesús, marcó un antes y un después. Fue como el punto de salida. Como aquel instante en el que, sintiendo el beneplácito del cielo, comenzaba su singladura para anunciar y marcar las pautas de todo cristiano. 

Para nosotros, el Bautismo de Cristo, aporta muchos interrogantes:
-¿Lo sentimos como algo renovador y como un impulso evangelizador?

-¿Es un sacramento que nos compromete a dar razón de nuestra esperanza? 

-¿Somos conscientes de que, ser bautizados, implica defender y vivir según los principios del Evangelio? 

-¿Hasta qué punto hemos dejado de ser hombres viejos para convertirnos en personas nuevas?

 -¿Vivimos nuestra condición de bautizados o nos conformamos con estar bautizados?

 -¿Escuchamos en algún momento “tú eres mi hijo amado mi predilecto” o, el bautismo, es algo que quedó en el pasado y que no dejó sello alguno? 

Que la fiesta del Bautismo del Señor nos anime a reconducir nuestra vida cristiana y a ser más entusiastas del gran legado de Jesús de Nazaret: su evangelio. ¡FELIZ BAUTISMO! 

Javier Leoz

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